El pasado miércoles 4 de junio, la Comunidad NBI fue sede de una noche profundamente emotiva: la segunda edición del concierto por Iom Ierushalaim, un evento que ya empieza a convertirse en tradición en la vida judía de Chile.
Sobre el escenario, nos unimos jazanim de todas las comunidades de Santiago y Viña del Mar. Todos dijeron que si en un gesto simbólico de unidad y continuidad. También cantaron los alumnos del Instituto Hebreo y los jóvenes de Tikva, trayendo frescura y compromiso.
El repertorio incluyó canciones dedicadas a Ierushalaim, pero también temas por Israel, por la esperanza, y por el pueblo judío en su conjunto. Hubo momentos para la alegría compartida, pero también para la memoria: recordamos a los rehenes que aún siguen en manos del terrorismo pidiendo su liberación ahora y rendimos homenaje a los soldados de Tzahal, cuya entrega es el pilar de nuestra continuidad.
Fue una noche única. No solo por la calidad musical, sino por el espíritu que la atravesó: el de una comunidad que se encuentra, canta, recuerda, y sueña junta.
Cada voz, cada armonía, fue un puente entre generaciones, instituciones y sentimientos.
El cierre fue tan simple como inolvidable: todos juntos, sobre el escenario, entonamos “Ierushalaim Shel Zaav” —Jerusalén de Oro—, ese himno que une historia, nostalgia y esperanza. Fue el broche perfecto para una noche cargada de sentido y emoción.
Queremos expresar nuestro agradecimiento a cada jazán y jazanit que puso su voz, su talento y su corazón en este concierto: Taly Guitlitz y Tania Pizarro (NBI), Iael Gabay, Fernando Urrutia Zimend y Marcelo Kauderer (Comunidad Sefaradi), Jazán Ariel Foigel (Círculo Israelita de Santiago), Pamela Nissin (Beit Emanuah), Shai Lavitman (Comunidad de Viña del Mar y Valparaiso), Jazán Alvaro Navarro, docentes y alumnos del Instituto Hebreo y a los jóvenes de la Tnua Tikva.
Gracias también a los Rabinos y miembros de directorios de todas las comunidades por haber sido parte de este hermoso concierto, al equipo de la NBI por todo el esfuerzo brindado, al KKL, Masorti Olami y Mercaz Olami por el apoyo y muy especialmente al público que colmó el espacio con su presencia, su energía y su emoción compartida. Entre todos hicimos posible esta noche inolvidable.
Esperamos con ilusión poder repetir este encuentro el próximo año, y seguir construyendo juntos estos espacios que nos unen y nos inspiran.
En tiempos de tanta incertidumbre, este tipo de encuentros nos recuerdan quiénes somos, y por qué seguimos cantando. JUNTOS! Siendo una sola Comunidad, porque la música une.
Diego Rubinsztein
Director musical de la NBI
